El Atlético se agarra a tres pilares esta noche frente al Real Madrid en la final de la Copa del Rey: la solidez del equipo en los partidos decisivos, el influjo de Simeone como técnico que ha cambiado el paso y la fiabilidad de Falcao. El colombiano,además de decisivo por sus goles, tiene otro registro inquietante para el Madrid: no ha perdido ninguna de las siete finales que ha disputado desde que llegó a Europa procedente del River Plate argentino.
En tres temporadas con el Oporto, Radamel Falcao
conquistó siete títulos en siete intentos, dos Copas de
Portugal (2010 y 2011), dos Supercopas locales (2010 y 2011)
y una Europa League (2011), competición en la que se
proclamó además máximo goleador.
En una temporada y media en el Atlético los éxitos han sido
similares. Fue la estrella del equipo en la final de la Europa
League frente al Athletic con dos goles (3-0) y más
sorprendente fue su actuación en la Supercopa ante el
Chelsea (4-1). Anotó tres goles en Mónaco.
"Según voy disputando más finales,más detalles voy
captando, que me ayudan a mejorar cosas que no
percibías cuando eras novato. No tengo miedo a perder una
final: siempre pienso en ganarlas," dijo al respecto de su racha
Lo nuestro duró Lo que duran dos peces de hielo En un güisqui on the rocks, En vez de fingir, O, estrellarme una copa de celos, Le dio por reír. De pronto me vi, Como un perro de nadie, Ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, La miel en los labios Y escarcha en el pelo. Tenían razón Mis amantes En eso de que, antes, El malo era yo, Con una excepción: Esta vez, Yo quería quererla querer Y ella no. Así que se fue, Me dejó el corazón En los huesos Y yo de rodillas. Desde el taxi, Y, haciendo un exceso, Me tiró dos besos... Uno por mejilla. Y regresé A la maldición Del cajón sin su ropa, A la perdición De los bares de copas, A las cenicientas De saldo y esquina, Y, por esas ventas Del fino laina, Pagando las cuentas De gente sin alma Que pierde la calma Con la cocaína, Volviéndome loco, Derrochando La bolsa y la vida La fui, poco a poco, Dando por perdida. Y eso que yo, Paro no agobiar con Flores a maría, Para no asediarla Con mi antología De sábanas frías Y alcobas vacías, Para no comprarla Con bisutería, Ni ser el fantoche Que va, en romería, Con la cofradía Del santo reproche, Tanto la quería, Que, tardé, en aprender A olvidarla, diecinueve días Y quinientas noches. Dijo hola y adiós, Y, el portazo, sonó Como un signo de interrogación, Sospecho que, así, Se vengaba, a través del olvido, Cupido de mi. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar Porque ya no le importa... Siempre tuvo la frente muy alta, La lengua muy larga Y la falda muy corta. Me abandonó, Como se abandonan Los zapatos viejos, Destrozó el cristal De mis gafas de lejos, Sacó del espejo Su vivo retrato,
Y, fui, tan torero, Por los callejones Del juego y el vino, Que, ayer, el portero, Me echó del casino De torrelodones. Qué pena tan grande, Negaría el santo sacramento, En el mismo momento Que ella me lo mande. Y eso que yo, Paro no agobiar con Flores a maría, Para no asediarla Con mi antología De sábanas frías Y alcobas vacías, Para no comprarla Con bisutería, Ni ser el fantoche Que va, en romería, Con la cofradía Del santo reproche,
Tanto la quería, Que, tardé, en aprender A olvidarla, diecinueve días Y quinientas noches. Y regresé...etc.